La de hoy es una entrada un poco diferente, para darle un toque de "de todo un poco" al blog jajaja.
Y es que os comento, todavía no sé muy bien porqué, cuando vinimos a vivir a esta casa, hace ya un montón de años, en mi cuarto no se pusieron cortinas. Y con el típico "ya se pondrán, ya se pondrán" hemos llegado hasta aquí xD
Más de una vez pedí que me compraran unas, pero como quien pide peras al olmo. Total, que hace poco me decidí a mirar cosas yo. Quería un estor, estuve mirando precios y modelos, pero no me decidía, no me convencía nada. También tenía miedo a que, acostumbrada a tener esa sensación de amplitud que da una ventana permanentemente destapada, me sientiera "encerrada" al tapar totalmente eso.
Me veía con una contraposición de ideas, porque quería de desde fuera no me pudieran ver (y ya no sólo los vecinos de enfrente, sino los de mi propia casa, ya que mi ventana da a la terraza), quería algo que aportara intimidad pero a la vez mantuviera esa amplitud de ver la ventana descubierta y que no me restara luz.